Panes en Busturia y hospital de levaduras
Hola!!
El domingo 18 de octubre Ibán Yarza comenzó una iniciativa en Utoi para crear masa madre en directo. Pensé "¡Qué bien!, voy a probar a hacer mi segunda masa madre". Me inscribí y fui viendo qué es lo que había que hacer.
Como la vez anterior, allá por agosto fue tan fácil hacerla, pensé que si cambiaba alguna cosa para "innovar" conseguiría igualmente llegar a buen puerto. El resultado fue que no salía lo que tenía que salir, of course. Ya me agobié y tuve que pedir ayuda. Gracias a Ibán y a Juantxo y con muuuuuuuucha paciencia (que no es precisamente mi mayor virtud) conseguí resucitarla y sacar todo su potencial.De esta experinencia he aprendido dos cosas fundamentales; 1: las iniciativas personales las dejaremos para cuando ya tengamos experiencia y sepamos lo que estamos haciendo. 2: Puede que sea el momento de montar el "Hospital de levaduras" porque ya he conseguido salvar a dos de mis dos masas madres. Ahora tengo dos (una blanca y otra de centeno integral). Llegué a hacer casi de todo por conseguir que mis levaduras salvajes sobrevivieran y se manifestaran y creo que el agua de las pasas les vino como el "agua de Lourdes". Eso y que esta semana ha subido la temperatura un mogollón y medio y ¡por fin! arrancó. Ahora sí que es una gimnasta entrenada se verdad y sin tendinitis.
Ahora la estoy secando para ver si soy capaz y así dársela a unas compis que la necesitan.
Cambiando de tercio, el sábado 24 tocó curso de pan con Ibán Yarza en Busturia. La compañía inmejorable y además, también estaba Juantxo de pintxe. Nos lo pasamos bomba, que si amasando, escuchando a Ibán, ayudando a las compis... Estuvo muy divertido. Nos llevamos un trozo de masa de pan para hornear en casa que estuvo la friolera de 8 horas fermentando en el tuper. Se nos ocurrió ir a comer a la cervecera de Portuondo y nos dieron casi las 7 de la tarde. Y la masa fermenta que te fermenta..
Cuando llegué a casa parecía un globo de lo inflada que estaba la masa (lamento haber olvidado sacarle una foto). La saqué, le di forma de bola y la puse en un cestillo (banetón). La dejé sólo 45 minutos porque creo que ya íbamos pasadas de fermentación. El horno ya estaba precalentado a 220º C. Le hice unos cortes para que quedara más mono.
Lo horneé durante 45 minutos (durante los 15 primeros minutos con vapor) y la verdad es que daba gusto ver cómo subía. En el horno dobló el volumen. Y esta es la miga. Creo que una única fermentación tan larga fue la causante de esos agujeros tan grandes por debajo de la corteza. De todas formas, estoy más que satisfecha con el resultado.Desde este post aprovecho la ocasión para saludar a Guadal, Akkei y Belén por animarse a esta aventura del pan y a disfrutar de un día que salió redondo (igual que el pan). Besos a todas.
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