Odisea de ingredientes: de volcanes y demás
Bueno,
Hoy no hay receta. Sólo contaros una historia que ahora queda como anécdota aunque, el domingo lo estaba viviendo como una pesadilla.
La culpa de todo la tuvo el volcán. Con lo feliz que me iba yo a Budapest el miércoles 14 a mi reunión anual del Proyecto TRIGR. Cada año vamos a un país diferente y he ido conociendo ciudades preciosas como Tallin, Roma, Praga, Wroclaw, Frankfurt, Berlin, etc. Y yo, como cada año me iba más feliz que una perdiz. Además, en Frankfurt hay un supermercado y aproveché la escala para comprar cerealitos, mermeladas y salchichas y llenar mi maletita de ingredientes varios para mis pancitos, ya sabéis.
Pero, el jueves explotó el volcán Eyjafjallajökull, nombrecito peculiar e impronunciable. Nos empezamos a poner nerviosos a medida que la situación iba empeorando porque veíamos que no íbamos a poder volver. El viernes ya cerraron todos los aeropuertos, Budapest incluido. Yo tenía que volver a Bilbao el sábado vía Munich. Nunca cogí ese vuelo.
Total que el sábado por la mañana fuimos a la estación de tren para intentar llegar a casa desde 2260 kilómetros de distancia. Lo más cerca que me podía acercar a casa era hasta Venezia. Compré el billete y allá que me fui con mi pesada maleta rumbo a la estación. Fue un viaje largo y cansado de 14 horas y cruzando las fronteras de 4 países (Hungaria, Croacia, Eslovenia e Italia). Cada vez que llegábamos a una frontera, registro del tren, control de pasaportes y a parar el tren, un latazo de viaje. Llego a Venecia (7:05 de la mañana) muerta de sueño, cansada y me voy a por un billete a Milano. Llego a Milano a las 10:55 y la estación era el caos. Igual que la menda, cientos de personas queriendo volver a casa intentaban encontrar un billete para volver a casa. No tenían billetes hasta el miércoles o el jueves a Barcelona o a París (por intentar luego viajar hasta Hendaye) y ya me di cuenta que me iba a quedar en Milano tanto si quería como si no. A la salida de la estación casi llorando por el cansancio y el desánimo me encontré con 4 estudiantes de diseño que se apiadaron de mí y decidieron acogerme en su habitación en un albergue de la ciudad.
El domingo compré un billete para Bilbao, visto que el tren no iba a poder ser, me arriesgué con el avión. Mientras tanto, desde el domingo aprovechamos para hacer un poco de turismo. Lo pasamos fenomenal y Milano es una ciudad preciosa aunque yo estaba nerviosa con miedo de que el miércoles todavía me quedara en tierra. Ese miedo vivía permanentemente dentro de mí. Mi Juantxo y Toni me iban informando de cada mínima incidencia sobre los aeropuertos y la nube del volcán, mi móvil parecía "radio macuto" con tanto SMS. Parecía que el miércoles sí que iba a poder regresar a casa. Ayer por fin, mis harinas, las mermeladas y las salchichas llegaron al aeropuerto de Loiu. Ahora todo es una anécdota y me hace ilusión haber formado parte de la noticia y de las estadísticas. Tenía que escribir esta entrada para darles las gracias a Marc, Rakel, Aina y Jordi (en la foto de arriba, delante del Duomo) por dejar que me quedara con ellos. Tuve mucha suerte de encontrarlos y acompañarlos. También a la afición del Barça que permitió que ellos pudieran volver ayer a casa en 2 de los coches de los aficionados culés que fueron a ver el partido del martes en Milán. Italia es un país fantástico y nos han tratado muy bien.
Espero que pueda volver a verles pronto. Ya sabéis que en Barakaldo tenéis una casa para cuando queráis.
Petons.
Hoy no hay receta. Sólo contaros una historia que ahora queda como anécdota aunque, el domingo lo estaba viviendo como una pesadilla.
La culpa de todo la tuvo el volcán. Con lo feliz que me iba yo a Budapest el miércoles 14 a mi reunión anual del Proyecto TRIGR. Cada año vamos a un país diferente y he ido conociendo ciudades preciosas como Tallin, Roma, Praga, Wroclaw, Frankfurt, Berlin, etc. Y yo, como cada año me iba más feliz que una perdiz. Además, en Frankfurt hay un supermercado y aproveché la escala para comprar cerealitos, mermeladas y salchichas y llenar mi maletita de ingredientes varios para mis pancitos, ya sabéis.
Pero, el jueves explotó el volcán Eyjafjallajökull, nombrecito peculiar e impronunciable. Nos empezamos a poner nerviosos a medida que la situación iba empeorando porque veíamos que no íbamos a poder volver. El viernes ya cerraron todos los aeropuertos, Budapest incluido. Yo tenía que volver a Bilbao el sábado vía Munich. Nunca cogí ese vuelo.
Total que el sábado por la mañana fuimos a la estación de tren para intentar llegar a casa desde 2260 kilómetros de distancia. Lo más cerca que me podía acercar a casa era hasta Venezia. Compré el billete y allá que me fui con mi pesada maleta rumbo a la estación. Fue un viaje largo y cansado de 14 horas y cruzando las fronteras de 4 países (Hungaria, Croacia, Eslovenia e Italia). Cada vez que llegábamos a una frontera, registro del tren, control de pasaportes y a parar el tren, un latazo de viaje. Llego a Venecia (7:05 de la mañana) muerta de sueño, cansada y me voy a por un billete a Milano. Llego a Milano a las 10:55 y la estación era el caos. Igual que la menda, cientos de personas queriendo volver a casa intentaban encontrar un billete para volver a casa. No tenían billetes hasta el miércoles o el jueves a Barcelona o a París (por intentar luego viajar hasta Hendaye) y ya me di cuenta que me iba a quedar en Milano tanto si quería como si no. A la salida de la estación casi llorando por el cansancio y el desánimo me encontré con 4 estudiantes de diseño que se apiadaron de mí y decidieron acogerme en su habitación en un albergue de la ciudad.
El domingo compré un billete para Bilbao, visto que el tren no iba a poder ser, me arriesgué con el avión. Mientras tanto, desde el domingo aprovechamos para hacer un poco de turismo. Lo pasamos fenomenal y Milano es una ciudad preciosa aunque yo estaba nerviosa con miedo de que el miércoles todavía me quedara en tierra. Ese miedo vivía permanentemente dentro de mí. Mi Juantxo y Toni me iban informando de cada mínima incidencia sobre los aeropuertos y la nube del volcán, mi móvil parecía "radio macuto" con tanto SMS. Parecía que el miércoles sí que iba a poder regresar a casa. Ayer por fin, mis harinas, las mermeladas y las salchichas llegaron al aeropuerto de Loiu. Ahora todo es una anécdota y me hace ilusión haber formado parte de la noticia y de las estadísticas. Tenía que escribir esta entrada para darles las gracias a Marc, Rakel, Aina y Jordi (en la foto de arriba, delante del Duomo) por dejar que me quedara con ellos. Tuve mucha suerte de encontrarlos y acompañarlos. También a la afición del Barça que permitió que ellos pudieran volver ayer a casa en 2 de los coches de los aficionados culés que fueron a ver el partido del martes en Milán. Italia es un país fantástico y nos han tratado muy bien.
Espero que pueda volver a verles pronto. Ya sabéis que en Barakaldo tenéis una casa para cuando queráis.
Petons.
Teba, zelako marroia....koitaua, bueno heldu zara, orain lasaitu eta pentsatu zelako ogiak egingo dituzun zure irin horiekin
ResponderEliminarPobrecita, ¡menuda odisea!, bueno míralo por el lado positivo, conociste a gente maja y ya tienes una batallita pa contar a tus nietos, me alegro que todo haya salido bien al final.
ResponderEliminarBesitos
Un viaje accidentado, sin duda. Pero mira tú que post nos presentas tan maravillos. Nos quedamos con lo positivo.
ResponderEliminarBien cargadita venías, mare mía.
Un besazo
Aupi,
ResponderEliminarLa verdad es que de las situaciones mas cabronas, también se pueden sacar cosas positivas. Para muestra esta entrada. Ayyyy Teba Teba, para que estamos, e? Hay que estar y punto, pero lo de mi Juantxo me ha gustao, jeje. ;)
Muxu bat
Que mal rato pasarías...acostumbramos a tener siempre, todo controlado y a veces los imprevistos,(y más de este calibre)nos superan, máxime si estabas sola en lugares extraños.
ResponderEliminarPor suerte, san móvil, hizo su obra de caridad, ja, ja.
Además,también hay por el mundo, gente muy maja.
Celebro que tengas cuatro amigos nuevos.
Ahora disfruta en la cocina, seguro que harás buen uso de tus compras culinarias.
Un saludo
Intxaurtsu:
ResponderEliminarAzkenean heldu naiz eta hori da kontua. Eta, arrazoia duzu, zelako ogiak prestatuko ditudanak erosi nituen osagaiekin!!
Laztan bat
María:
es verdad que ahora es una anécdota para contar y revivir sólo con humor.
Por supuesto que he conocido gente muy simpática y amable. ¡qué bueno!
Besos
Curra:
Me alegra que te haya gustado el post. A Juantxo también le ha gustado, que me lo ha dicho, je je. Dice que transmite más positividad que tristeza y es lo que quería. Me quedo con lo bueno, con los momentos alegres del tren, de Milán, de la gente en general... La carga de harinas estuvo casi a punto de quedarse en Budapest, pero, hice un esfuercito repartiendo la carga entre la mochila y la maleta y el resto de la historia ya la conocéis.
Un beso
Juantxo:
me encanta que te haya gustado el guiño. Si no hubiera sido por los ánimos que me disteis me habría deprimido muchísimo más. Ahora ya tengo la cabeza para "harinas" no como el sábado pasado, je je je
Muxu haundi haundi bet
Izaskun:
Los malos ratos ya olvidados y sólo hace una semana. Los imprevistos es lo que tienen, y como a mí, a otros muchos miles de personas les pasó lo mismo. Y es verdad que hay gente fantástica por el mundo y es de agradecer. Yo también me alegro de tener cuatro amigos nuevos.
Y claro que voy a hacer buen uso de las compras, je je je. Ya te contaré.
Un saludo
Gracias a ti Teba por habernos mimado igual que una madre.
ResponderEliminarHa sido un placer compartir contigo esta aventura. A Marc y a mi sobretodo se nos esta haciendo super dificil la vuelta a la rutina, es tan facil ahora comer y dormir en una cama... la vida era mas interesante cuando no sabias donde ibas a dormir esa noche o si tendriamos dinero para volver...
(siempre con una garantia detras nuestro que no avalaba la ayuda de nuestros padres a la minima dificultad heavy pero bueno...:P )
que yo volveria a la odisea!! y mas con tus napolitanas y tus galletas de buena manana para aliviar nuestras resacas jaajajj
me quedo con el momento: Jordi entrando por la ventana a las 6 de la manana! jajajajaja
Hola Raquel!!
ResponderEliminarLa vuelta es dura. EL jueves y el viernes todavía no tenía la cabeza demasiado asentada y a mí también me está costando lo mío.
Lo bueno de ver las cosas ahora, habiéndolo pasado tan bien en Milán, es que te servirá para futuras experiencias o imprevistos. Me alegro de que os hayáis sentido tan mimados. Yo, tampoco me puedo quejar de lo bien que me tratásteis a mí también.
Igual que tú, me quedo con el momento Jordi intentando meterse por la ventana. La verdad es que no tengo para olvidar ; )
Besos
increible los momentos que vivimos de desesperacion! toda una aventura para los 5! la volveria a repetir!
ResponderEliminarYo con vosotros, también!!
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